Hace 41 años nació el primer ser humano logrado por fertilización In Vitro en el mundo y su nacimiento estuvo rodeado de muchos mitos y dudas. Parece que ha pasado mucho tiempo, pero en realidad, la medicina reproductiva, en comparación con otras áreas de la medicina, es un campo realmente joven. Además, me parece que ha avanzado a pasos agigantados, haciendo incluso volar la imaginación de escritores y cineastas, creando mitos a su alrededor.

La verdad es que las técnicas de reproducción asistida, de diagnóstico genético y de manipulación genética, ¡son una realidad! Y, cada vez son más finas y avanzadas. Pero, ¿qué hay alrededor de elegir el sexo del bebé?

Muchas parejas, al iniciar su proceso de reproducción asistida, me preguntan si pueden elegir el sexo, el color de ojos o la textura del cabello de su futuro hijo, como un tipo de reproducción “à la carte”. Sin embargo, la selección de sexo, que es muy posible actualmente, pero no es sugerida, sino para casos muy específicos, como es la presencia en la familia de enfermedades ligadas al sexo, o afectaciones cromosómicas ligadas a las pérdidas gestacionales y otro tipo de situaciones de salud ligada a los cromosomas femeninos y masculinos.

Vayamos desde el principio, la probabilidad de que nazca un niño, es ligeramente más alta desde el punto de vista estadístico, la cantidad de niños nacidos en el mundo es ligeramente más alta que la de niñas, posteriormente, la cantidad de hombres y mujeres se modifica por las condiciones que favorecen la sobrevivencia de los unos y las otras.

Todos tenemos una idea de si prefiriéramos tener un niño o una niña y en qué orden quisiéramos que nacieran y la mayoría intenta muchas cosas para lograrlo.  Hay libros y tratados sobre las “técnicas naturales” que se han ligado al nacimiento de niños o niñas, por ejemplo, el Ph vaginal o corporal de la madre, debido a que los espermatozoides con carga genética femenina, son más resistentes, se ha relacionado un Ph más ácido a la sobrevivencia de más espermatozoides de carga genética femenina, mientras que se ha asociado al Ph más alcalino, al favorecimiento de los espermatozoides con carga masculina.

La realidad es que “cambiar” el Ph materno, no es un método ni seguro, ni confiable para la selección de sexo. Se ha ligado el embarazo de niñas, a los espermatozoides sobrevivientes de varios días posteriores a las relaciones sexuales, pues los espermatozoides de carga genética femenina, tienen, en su mayoría, una mayor sobrevida que los de carga genética masculina, también a aquellos óvulos que son fecundados en la parte inicial del ciclo de ovulación o al tardío, pues los embriones con carga genética femenina, son considerados como más resistentes, recuerden que la mujer es el verdadero sexo fuerte de la especie humana.

El sexo SIEMPRE lo trasmite el espermatozoide que fecunda al óvulo, independientemente de las fase de ovulación en la que se logra el embarazo. Se atribuye también el sexo del bebé a determinados alimentos consumidos previamente al embarazo por el padre o por la madre o determinadas posiciones sexuales, pero ninguno de estos “consejos” tiene bases científicas comprobables, así que si alguien te habla por su buena experiencia, ¡te puede estar más bien hablando de su buena suerte!

Ahora bien, cuando de técnicas de reproducción asistida se habla, la selección de sexo es una posibilidad que también acompaña a la complejidad de las técnicas. Para una inseminación artificial, se puede hacer una selección de espermatozoides, para “enriquecer” una muestra, de espermatozoides del sexo deseado.

Las probabilidades de lograr un embarazo por inseminación no aumentan ni disminuyen con el uso de las técnicas de selección de espermatozoides correctamente realizadas, pero, de lograr el embarazo, la probabilidad de que sea del sexo deseado, aumentan hasta un 75-80%, porcentaje muy bueno si consideramos las estadísticas, pero no podemos hablar de un método de selección de sexo 100% seguro. Para poder seleccionar el sexo de un bebé con una certeza del 100%, debería de hacerse un diagnóstico genético preimplantatorio, por lo que será necesario hacer embriones In Vitro, posteriormente hacer una biopsia y estudiar una de sus células, en donde se determinará si su carga genética es masculina o femenina y si sus cromosomas no presentan alteraciones ligadas a trisomias, síndromes, pérdidas gestacionales, etc.

Este diagnóstico preimplantatorio se utiliza cada vez más en los laboratorios de fertilización In Vitro y cada día, las técnicas se vuelven más seguras y confiables, aunque están pensadas en la salud y la prevención; no necesariamente en la armonía familiar o en las necesidades sociales de la familia (aunque pueden ser usadas para ello).

¿De qué dependerá este diagnóstico? Obviamente, de la solicitud de la pareja y de sus necesidades previas de diagnóstico, pero deberán tener en mente, que aunque la probabilidad de que se tenga un niño o niña es 100% diagnosticable, la probabilidad de tener embriones fecundados del sexo que desean, no es del 100%, dependerá de las condiciones cromosómicas, principalmente del hombre. Además, la posibilidad de embarazarse nunca será de 100% a pesar de transferir preembriones perfectamente sanos, aunque obviamente, la tasa de éxito aumenta.

En el mundo, el uso de la selección del sexo es muy controversial e incluso hay países que lo prohíben, salvo en estricto caso de salud, aunque es una realidad que puedes tener en mente, si así lo han pensado.

Si tienes dudas, ¡llámame al (55) 5341-9527!

Gaby García

Fundadora y Presidenta Pronanhi A.C.