Mi historia ya tiene tiempo, logré vencer la infertilidad, pero aún hoy sigo viendo páginas y programas relacionados con el tema, por eso llegué a Mom to be y es que es algo que nunca superas, aun habiéndolo logrado…

En el año 2000 tuve a mi primer hijo, yo tenía 28 años y confieso que embarazarme por primera ocasión no fue tan fácil, tardé 5 meses en lograrlo pero finalmente se dio el embarazo y gracias a Dios todo salió muy bien. Mi hijo ahora es un estudiante universitario.

Cuando mi hijo tenía tres años, mi esposo y yo estábamos listos para tener otro bebé, pues ya habíamos comprado una casa, y fue en ese momento que comenzó el recorrido que cambió completamente nuestras vidas.

Empezamos a intentar embarazarnos sin éxito, el servicio médico que me brindaba mi trabajo me pidió esperar un año al considerar que una pareja sana, puede tardar entre un mes y un año en lograr un embarazo. Transcurrió el año y continuábamos sin lograrlo. Entonces regresé con el ginecólogo a buscar respuestas, pero me topé con el hecho de que muchos médicos no le dan importancia a la infertilidad secundaria.

Tras insistir y pasar el tiempo, un médico que cubrió a mi ginecólogo me mandó a realizar una histerosalpingografía (el estudio más doloroso del mundo) y entonces concluyó que mis trompas de falopio estaban en perfecto estado. También a mi marido le mandó a hacer estudios y todo salió bien. ¿Entonces qué es lo que estaba pasando?

El tiempo pasaba, mi edad avanzaba y, yo quería tener otro bebé para que no se sintiera solo mi hijo. Un poco ya más cansada estaba leyendo un día el periódico y vi un anuncio de la Asociación Mexicana de Infertilidad, para ese entonces corría el año del 2005 y en esta publicación invitaban al público a una conferencia en un hotel de mi ciudad, con testimonios de mujeres que lograron el embarazo y con atención médica gratuita con especialistas. Decidí ir y me sorprendí al ver 200 parejas en la misma situación, todas ellas compartían la infertilidad y cada una tenía su propia historia. Testimonios sorprendentes de mujeres que lograron su meta y otras que no. Algo muy impactante porque a veces uno no alcanza a dimensionar cuántas parejas pasamos por lo mismo.

Finalmente, un médico me atendió y me citó en su consultorio, mi esposo me acompañó y el doctor me hizo una ecografía vaginal, fue entonces que en menos de media hora descubrió que tenía endometriosis, me explicó que eran tumores, que no se quitaban con medicamentos y que era necesario operar. Eso fue un sábado y el viernes siguiente ya estaba en cirugía, fue por laparoscopía.

Pero pasaron los meses y aún así no lograba embarazarme, y por supuesto  regresé con el ginecólogo, me hizo el estudio otra vez y la endometriosis había vuelto. Me explicaba el médico que el cuerpo registra los tumores como un agente extraño y no permite el embarazo.

La endometriosis también se llama menstruación retrógrada porque las gotitas de sangre de la menstruación se regresan y forman pequeños tumores benignos, que impiden el embarazo. El siguiente paso era operar nuevamente pero esta vez significaba realizar una cirugía mayor para ver cada tumor dentro de mí y poder cauterizarlos. En diciembre de 2007 me volvieron a operar.

El médico dijo que la cirugía había sido un éxito, pero pasaban los meses y no había embarazo… Entonces, decidimos mi esposo y yo, realizarnos una inseminación artificial en mayo del 2008. ¡Emocionada, yo sentía que mi bebé ya estaba dentro de mí! Albergué muchas ilusiones y el día que me tocaba mi regla, sin retrasarse ni un minuto tuve mi periodo normal. Lloré mucho, sientes que ya tienes a tu bebé y que lo has perdido.

Encima de todo, sucede que recibimos comentarios incómodos de la familia, nos decían, “¡qué flojos! ¿Por qué se tardan tanto en tener otro hijo?” Es una carga emocional tan fuerte, que mi esposo y yo decidimos no seguir buscando más. El cuerpo de la mujer sufre muchas agresiones en el proceso, tanto física como emocionalmente.

Agotados por todo, planeamos unas vacaciones en la playa y recuerdo que vi mi calendario y mi menstruación iba a llegar en esos días, hasta pensé que arruinaría mis vacaciones, pero oh sorpresa no llegó… Entonces al llegar a casa hice una prueba casera, ¡y era positiva! No lo podíamos creer. Nos llenamos de tanta alegría y 9 años después de esperarlo por tantos años, nació mi segundo hijo. Vino a completar nuestra vida, a alegrar a nuestra familia. Yo ya tenía 37 años.

Siento que la infertilidad nunca la superé y por eso estoy en esta página. Me gusta ver historias de triunfo, de gente que lo logró como yo. Espero que mi experiencia les sirva para que se den cuenta que hay que seguir tu vida, sin quitar el dedo del renglón. Porque sé que ese apoyo moral de personas como las de esta página, impulsan a seguir adelante, porque te sientes comprendida, porque te das cuenta que no eres la única que sufre y porque la victoria de otra persona que luchó tanto como tú, es tu victoria también,  la que te lleva a pensar que si se puede, la que te impulsa a no perder la fe.

Guadalupe