Hola Ana, me llamo Estrella y tengo 30 años. Hace 5 años me convertí en mamá de una niña y después quise volver a cumplir ese sueño, pero tres años después de intentarlo tuve un aborto espontáneo. Y desde ese momento, no hay un día en que no desee ser mamá nuevamente.
Han pasado 36 meses de recibir negativo tras negativo, he tomado distintos tratamientos, sin un resultado positivo, no sé qué hacer. Hoy me siento mal porque mi cuñada fue mamá hace 8 meses y nos ha dado la noticia que nuevamente está embarazada (me alegro muchísimo por ella, pero siempre las comparaciones son las que lastiman a quienes aún no lo logramos).
Mi suegra me acaba de romper el corazón con sus comentarios incómodos. Y sí, toda la familia está muy contenta con la noticia, pero decir enfrente de mí: “qué bueno me da mucho gusto, yo ya quería más nietos, pero ya ven que Estrella ni se anima, ni quiere, ¡qué bueno hija que tú si lo quisiste!”
Me quedé congelada, no supe qué decir o hacer, y desde que mi cuñada dijo lo del bebé, mi suegra se la ha pasado hablando del día en que llegue su siguiente nieto y que ojalá sea un niño. Me ha hecho sentir tan incómoda y triste…
Mi esposo se enojó muchísimo con su mamá y quería decirle algo, pero mejor lo detuve, no era el momento adecuado. Es que, en realidad, creo que muchas personas que no pasan por lo mismo que nosotras, no entienden que es muy difícil escuchar esos comentarios, nos quedamos calladas y con nuestro enorme deseo de ser madres nuevamente.
Para mí ha sido un proceso muy difícil, soy de Aguascalientes, había intentado muchas cosas para embarazarme, desde tratamientos con el ginecólogo hasta remedios naturales. De hecho, antes de embarazarme de mi hija acudimos a una clínica de fertilidad, pero cuando íbamos a empezar con el tratamiento fue que ocurrió el milagro de nuestra bebé.
Y creo que ahora con todos estos negativos, comenzaremos a ver la posibilidad de buscar nuevamente ayuda, pues no hay que desistir, ni dejar de luchar. Pero sí quería escribir y resaltar que esos comentarios nos duelen y lastiman a quien en silencio buscamos embarazarnos.
Ana, hoy más que nunca creo que conservar la esperanza de que algo bueno vendrá, es tan importante en este proceso.
Te cuento que esperaba mi periodo y no llegaba, entonces mi esposo y yo empezamos a bromear con “qué si estás embarazada y así”. Entonces, mejor decidí comprar una prueba de orina. Te confieso que moría de miedo, he pasado por tantas pruebas negativas que entré el baño con la mentalidad de “No”, “No puede salir positiva” “Nunca sale positiva”… ¡Y sorpresa, aparecieron esas dos rayas! 🤩
Me quedé paralizada, ahora no sabía cómo decirle a mi esposo y a mi hija, salí del baño y solo los abracé, no la creíamos… Entonces mejor me hice una prueba de sangre en el laboratorio. Y sí, el 2 de mayo, ¡me lo confirmaron!
Después de tantos negativos, esa interminable espera y el aborto espontáneo, el miedo me invadía. Pero el apoyo de mi esposo, mi hermana y mis papás, me han tranquilizado. He estado en constante comunicación con mi doctor y el 29 de mayo fue un día mágico, porque en cuanto escuché su corazón, sentí calma en el mío.
Quería escribirte, compartirte que de nuevo la vida me sorprendió y de verdad que no lo esperaba. Gracias por leerme, es una gran labor la que hacen aquí y solamente quienes pasamos por ahí, sabemos lo que duele, lo que se siente y el apoyo que se necesita en este camino. No hay que perder la esperanza, ni dejar de buscar un especialista que nos ayude en este proceso.
Estrella
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