Desde hace un par de días he venido pensando en algo que me preguntó una integrante de la familia MTB cuando me visitó en el consultorio, ¿cómo fue que conociste a Ana y Carlos? Y hoy si mi memoria no me falla me gustaría compartirlo con ustedes porque muchas de las historias comienzan así, “por casualidad o causalidad”.

Conocí a Ana porque tenemos una amiga en común que pasó muchos años de su vida intentando convertirse en mamá, y hoy aunque no logró su sueño es una persona que puede disfrutar de su vida sin sentir culpas, ni cargar con ese peso que muchos años la hizo sentir mal… Así fue como me presentó a Ana, una mujer que tardó mucho tiempo en decidir buscar ayuda, creo que en el fondo sabía que algo no estaba del todo bien pero tenía mucho miedo de encontrar respuestas.

El miedo a saber que algo está mal…

Ana comenzó a platicarme como le quitaba el sueño saber qué algo estaba pasando, esa sensación de querer saber, pero a la vez no, tenía temor de confirmar que algo estaba mal, había una sensación en la que quería que todo estuviera bien con ella, pero no quería que algo malo pasara con Carlos (o como ella le dice, su gordito aunque ha bajado mucho de peso). Tardé varias sesiones platicando con ella para que dejara de sentirse mal, porque prefería que él estuviera mal (era como un deseo culposo), alternado en ese sentimiento una sensación de lo que sería para ella más fácil de manejar y cuando había algo negativo en ella (recordaba los silencios incómodos con Carlos). Y sí, ellos tardaron mucho para mencionar la palabra, infertilidad.

El miedo es un factor que lleva a muchas personas a perder tiempo, es un proceso doloroso saber que se necesitará ayuda de un tercero para lograr un embarazo, pero creo que si algo ella quiere compartir con ustedes es justo eso, “el no perder el tiempo” y buscar un diagnóstico temprano. Algunas veces esas respuestas pueden tomar mucho tiempo, buscar muchos especialistas, pasar por muchos estudios, análisis y pruebas. Lo sé, es común que sea difícil aceptar que deberán meterse en la intimidad para buscar lo que está “descompuesto, desconectado o el problema”, porque es ahondar en uno mismo, en tu pareja y en ambos. Muchas personas parecen paralizarse y se niegan a seguir adelante con el tema de los hijos, lo dejan en segundo término, pero es muy difícil sacar de la mente. Ana y Carlos tenían mucho miedo de empezar a tratarse antes de que crearan Mom To Be, pero cuando se dieron cuenta la falta de información y de espacios que hay para hablar sobre este tema y todoooo lo que pasa una pareja con sus especialistas en este proceso, es cuando encontraron muchas de sus respuestas.

Hoy pasan por un proceso muy distinto, se dieron cuenta que la realidad es que sí necesitan un tratamiento de reproducción asistida para lograr embarazarse, cada avance y cosa que le dicen sus médicos lo investigan, eso les brinda más tranquilidad de lo que hubieran imaginado.

Han llegado al tratamiento de reproducción asistida y aunque les costó mucho tiempo llegar a donde están, yo los veo mucho más conectados con lo que quieren de forma individual y en pareja.

Ana y Carlos, siempre supieron que querían tener un hijo, no pensaron que iba a ser tan complicado conseguirlo porque a su alrededor muchos de sus familiares y amigos pueden embarazarse de forma tan “fácil” pero como les digo, cada historia es distinta y a ellos, les ha costado esfuerzo económico porque han tenido que ahorrar muchísimo y esfuerzo anímico, pero creo que van por un muy buen camino. Tomar la decisión de dejar entrar a personas ajenas a su relación a esa intimidad de convertirse en padres fue un tema complicado de superar por ellos, pero si veo cómo comenzaron y lo que han logrado, ¡es un gran avance! Ahora los veo y están acompañados de personas como ustedes que luchan al igual que ellos por cumplir su sueño, comparten cada pasito con doctores, enfermeras y conmigo, porque creo que es la mejor forma de hacer esto: en equipo.

Para ti que me estás leyendo, sé que no es sencillo acceder a un tratamiento, porque es pasar primero por reconocer la infertilidad, después elegir al especialista indicado, conocer tu diagnóstico, comenzar a trazar un plan de tratamiento, poder lograr tener un ahorro para comenzar con ese tratamiento… y todo eso, lleva tiempo, involucra muchos sentimientos, pero de verdad vale la pena, es un camino para llegar finalmente a lograr convertirse en madre y padre, lo he visto en muchos casos que llegan a mi consultorio y espero con emoción el día que Ana y Carlos también lo logren.

Gaby García

Fundadora y Presidenta Pronanhi A.C.