¡Hola, Ana! Te escribo porque de verdad necesito hablar con alguien, no sé cómo manejar la infertilidad de mi esposo. Todo esto ha sido un camino muy doloroso porque yo sí puedo tener hijos, pero él no, y se encuentra en ese proceso de negación y resentimiento… a tal grado que ya no quiere que siga a su lado.

Leí hace tiempo la historia de Lorena que también compartiste en Mom To Be y como ella mencionaba ese coraje que tenía con la vida y qué crees, así escucho hablar a mi esposo, lleno de enojo, incluso ha llegado al grado de pedirme (en más de una ocasión) “que lo deje”… Aunque es algo que no quiero hacer, yo lo elegí a él como la pareja que quiero para toda la vida, pero él está enfurecido y no comprende que quiero seguir a su lado.

La realidad es que desde que nos dijeron su diagnóstico (azoospermia); es decir, la ausencia de espermas, nos hablaron sobre las alternativas que teníamos para convertirnos en padres, por ejemplo, la donación de esperma, pero él me dijo que jamás aceptaría algo que no fuera de él, así que esa opción está completamente descartada.

Pero para ponerte más en contexto, nosotros llevamos 11 años de casados, mi esposo tiene 41 años y yo 33, pero fue desde el 2011 que comenzamos con esta dura batalla contra la infertilidad… lo primero que hicimos fue acudir al especialista para que nos valorarán a ambos. Pensaron que la del “problema” era yo por una cirugía de apendicitis que tuve en mi infancia, pero no fue así, el resultado arrojaba azoospermia en mi pareja.

Mi esposo entendía bien de qué se trataba porque es médico veterinario, pero yo no, así que investigué y encontré que existen dos tipos de azoospermia: secretora y obstructiva. La primera es la ausencia de espermatozoides y la segunda puede que si haya espermas pero que esté obstruido el paso para liberarlos (se necesita de una biopsia para saber si hay o no esperma).

Bueno pues eso significa que en caso de que haya espermas, se puede hacer una inseminación in vitro, pero nosotros aún no nos hacíamos a la idea y pensábamos que necesitábamos escuchar una segunda opinión.

Y así fue, llegamos con otro especialista y recibimos el mismo resultado. Ahí fue cuando nos dijeron que la única esperanza era realizar una biopsia testicular y saber si había o no espermas vivos. Mi esposo se realizó varias biopsias en distintos lugares y nuestra esperanza se iba agotando poco a poco. Concluyeron que nuestra única alternativa era donación de esperma, pero como te comenté, mi pareja lo rechazó por completo, y nos enviaron al psicólogo para poder asimilar todo esto.

Tal parece que esta azoospermia es consecuencia del uso de unos medicamentos muy fuertes para tratar un problema de piel que mi esposo tuvo cuando era adolescente. Aunque esta es solo una teoría de lo que pudo haber pasado, pues él no presenta ninguna malformación en su aparato reproductor.

La verdad es que no sé cómo manejarlo, sé que él sufre mucho por la situación de no poder tener bebés, pero por más que yo lo apoyo y le digo que estamos juntos en esto, ¡qué sigamos adelante! Él no hace más que alejarse poco a poco, de verdad ya no sé qué más hacer.

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