Hola Mom To Be, aquí voy con mi historia… desde niña supe que quería ser mamá, mi deseo siempre fue tener una familia grande. Yo creo que  hay personas que se sienten realizadas con una carrera, un buen empleo, viajando, un matrimonio estable, estabilidad económica…etcétera. Yo iba logrando todo lo anterior conforme pasaba el tiempo pero me daba cuenta que mi mayor sueño seguía siendo ese… ¡¡¡Ser mamá!!!

Pues bueno… Me casé y de inmediato intentamos embarazarnos. Pasó el primer mes, el segundo, el tercero, etc…. pasó un año, dos años, tratamientos, vitaminas, estudios médicos, gastos, desgaste emocional y de mi relación, y nada… Fueron años donde médicamente hablando intentamos de todo.

Llegó el tercer año y de manera natural después de muchos intentos por fin se pudo, ¡fue lo mejor en la vida! Por fin me sentía completa, (sé que ustedes me entenderán) sentirlo y saber que estaba dentro de mí, fue lo mejor que me podía pasar, incluso cada malestar para mí era una bendición. Todo iba muy bien y mi bebé seguía creciendo hasta que en la semana 13, su corazón dejó de latir…Quería morirme, me negaba a que me hicieran el legrado (lo tuve todavía durante 7 días dentro de mi cuerpo) hasta que me hicieron saber los riesgos para mi salud.

Después de eso vino la parte más dolorosa, volver a una vida sin mi bebé, renegaba con Dios, conmigo, con mi esposo. Nada podría hacerme sentir mejor, me sentía destrozada y no entendía ¿para qué Dios me había mandado un bebé, si al final me lo iba a quitar? Pasé un proceso de duelo, de depresión, toqué fondo y me lastime tanto…

Un año después nuevamente llega un segundo embarazo, me lo confirmaron y solo sentía miedo y angustia, en mi interior sabía que la historia se iba a volver a repetir porque los malestares eran iguales. Y así fue. A las 7 semanas tuve un aborto espontáneo.

Definitivamente tuve que alejarme de Dios, no sentía hubiera empatía entre ambos y mi depresión aumentó en un punto que necesité terapia psicológica. En el transcurso de 6 meses me sentía más tranquila y con un duelo superado… Me encontré a mí misma y fue que volví a intentar el embarazo, pero me diagnosticaron resistencia a la insulina y descontrol de tiroides.

Entonces con mi amor propio de regreso y todo el amor del mundo, estabilidad emocional y ayuda médica… ¡Logré un tercer embarazo!… No fue nada sencillo, solo llegamos a la semana 35 y con una cesárea de emergencia hoy puedo compartirles que al fin tengo conmigo a mi bebé arcoíris.

Esa es mi historia, una historia de fe y amor, de lucha, también de sufrimiento pero  finalmente de felicidad absoluta.

Con cariño Ginna.