Hola Ana, me gustaría compartir mi historia con Mom To Be, es un poco larga pero la resumí lo más que pude. Mi nombre es Blanca y les comparto mi historia de infertilidad.

Tenía 29 años cuando inicié la búsqueda de ser mamá, en ese tiempo mi pareja (que era mayor que yo)  ya tenía dos hijos adolescentes y él ya no buscaba tener más hijos, pero aún así yo le decía que quería un bebé.

Pasó así el primer año, el segundo…y el tercero  y no llegó el embarazo, mi ginecóloga me decía que todo estaba bien, no entendía por qué no podía embarazarme y terminé separándome de mi pareja ese año.

Me enfoqué en otras cosas y durante 4 años estuve sola hasta que encontré una nueva pareja que quería un bebé al igual que yo. Pasó un año y empezamos a intentar embarazarnos, un retraso me ilusionó muchísimo y quería esperar a realizarme la prueba de embarazo, pero un dolor muy fuerte me hizo ir de urgencia al ginecólogo.

Me revisó y confirmó que no era embarazo, era un quiste de 8mm. Me quitaron un ovario y en la siguiente revisión querían quitarme la matriz porque encontraron quistes de 7mm y miomas. Me negué y dije que no me quitaran la matriz porque quería ser mamá.

Busqué otras opciones y opiniones y semanas después me hicieron una cirugía para retirarme los quistes y miomas, pero no la matriz. Terminé separándome de mi segunda pareja y mi ginecólogo me sugirió realizarme un Invitro y me recomendó con un biólogo de la reproducción.

Llegué con el especialista en fertilidad y mi reserva ovular ya estaba por debajo de lo normal y me sugirió donación de óvulos y esperma, acepté y logramos 4 embriones.

Primer intento con dos embriones y 15 días después prueba beta-hCG positiva, ¡al fin embarazada! Estaba demasiado feliz y llegué a mi primera revisión a las 8 semanas, no había latido de mi bebé, pff, ¿qué les digo que muchas de Mom To Be no hayan vivido? Tenía mucha desesperación, dolor en cada parte de mí y lágrimas que no dejaban de salir…

Pasaron 3 meses y quise intentarlo de nuevo con los dos embriones de reserva que tenía, igual que el anterior, hubo un positivo y a los tres días nuevamente la pérdida, no entendía qué pasaba, sentía coraje, impotencia, dolor (el dolor más grande que he conocido).

Un año después regresé al tratamiento y cambiamos de método de medicación, me hicieron nuevos estudios y logramos tres embriones. Me hicieron el invitro con dos embriones pero mi beta fue negativa…hoy no hay lágrimas, solo la resignación y el pensar que la maternidad es un milagro imposible para mí.

Han pasado varios años de que me resigné a esa búsqueda de embarazo, aún tengo un embrión congelado, no sé si lo intentaré nuevamente, me dicen que revise antes mi tiroides, no lo sé, hoy tengo 43 años y quizá es demasiado tarde para mí.

Les deseo mucha suerte a todas las que buscan un bebé, ¡de corazón espero que lo logren! Gracias por dejarme compartir mi historia.

Blanca