¡Estoy de vuelta! Van tres meses y tanto mi pancita como mi bebé van creciendo día con día; lo mejor de todo es que el lupus se ha mantenido a raya, dejándome disfrutar cada instante de mi embarazo.

A pesar de que todo luce bajo control y “normal”, mi médico me ha pedido llevar un estricto control de mis medicinas, síntomas, alimentación y ejercicio; ya que si de por sí un embarazo “sano” puede traer complicaciones, cuando agregamos a la ecuación el lupus …los peligros se elevan a la “n” potencia.

Mi mayor miedo en este momento es que el lupus decida despertar y que debamos comenzar a tomar decisiones sumamente importantes que pueden cambiar el rumbo de mi embarazo. ¿Cómo tomar una decisión seria cuando lo que más quiero en el mundo crece dentro de mi?

Por el momento estoy constantemente en monitoreo, para revisar el nivel de proteínas en mi pipí, pues en mi caso…el lupus ataca los riñones, y así evitar a toda costa la tan temida preeclamsia.

Mi esposo ha cambiado el estar jugando videojuegos o viendo los resúmenes deportivos en cada segundo libre que tenía, a revisar cada dos segundos mis piernas y verificar que no se están inflamando por retención de líquidos.

En verdad es todo un circo lleno de médicos, de análisis, de monitoreos, pero si algo prometí en cuanto me confirmaron el positivo…fue que no me quejaría de todo lo que tuviera que pasar; pues al final, había logrado mi sueño, estaba esperando un bebé y eso es todo lo que importaba.

Este será el 10 de mayo que estoy más cerca de celebrarlo bien y bonito. Pues a pesar de no tener a mi baby entre los brazos…lo llevo dentro de mi y estoy haciendo lo imposible por mantenerlo a salvo, ¿eso me hace una madre, no?

Marisol