¿A cuántas de nosotras no nos ha hecho una mala jugada nuestro periodo? ¿Cuántas veces no nos han tomado desprevenidas los terribles cólicos, el hambre voraz o el mal humor? En verdad hay meses que parece que “Andrés” sólo quiere ver el mundo arder… o en este caso, nos quiere ver arder.

 

Pero si algo he aprendido de los mil y un cafés con amigas, así como de las constantes visitas al médico, es que todo… TODO sucede por algo, y es por eso que debemos estar atentas a lo que nuestro cuerpo quiere decirnos.

 

Si bien es cierto que la teoría de que tu periodo deber ser como “un relojito” es un mito, pues no todos los meses “te baja” el mismo día; sí debemos estar atentas a que tenga un ciclo constante de 25 o 32 días.

 

¿Por qué? Según los libros y algunos sitios en internet mencionan que se debe estar alerta a mantener este ciclo por el simple hecho que el 21% de los casos de infertilidad son causados por las irregularidades en el periodo. Disculpen… ¿QUÉ!

 

Cuando pude regresar mi mandíbula a su lugar, le escribí un mensaje de texto a mi doctor y le pregunté que si los ligeros retrasos de “Andrés” eran los culpables de la situación que estábamos viviendo Carlos y yo.

 

Mi doctor me explicó que si bien el ser irregular dificulta el lograr un embarazo, es por el simple hecho de que es más difícil conocer nuestros días fértiles. Por lo que la mayoría de las veces, le piden a la pareja tener “acción” por lo menos 3 veces a la semana. Mmmm…eso no suena TAN mal, jajaja.

 

También me escribió que lo importante de “escuchar a nuestro cuerpo”, es porque esto nos puede indicar la presencia de algún padecimiento que pueda causarnos que no podamos tener bebés; como problemas en la tiroides, ovario poliquístico, miomas, etc.

 

Es por esto que es importantísimo tener nuestras revisiones con el médico, y así poder actuar a tiempo y revertir la situación que nos está impidiendo cumplir el sueño de ser mamás.

 

Así que ya saben, atosiguen a sus doctores con preguntas, asegúrense de estar hermosas y saludables, por dentro y por fuera.

 

¡Las quiero!

 

Ana