Cuando surgió la idea de crear un blog hace más de tres años para compartir mi testimonio y conocer el de otras personas que como yo, atraviesan por este viaje, nació Mom To Be, un espacio que siempre fue pensado para ustedes como red de apoyo y la realidad es que nunca imaginé que sería mi válvula de escape, mi GRAN ayuda en esta travesía de la infertilidad.

Durante este tiempo, ha habido días que con el corazón en la mano yo decía no quiero intentarlo de nuevo y ustedes me decían, lucha por tu sueño y eso para mí ha sido muy valioso porque quiere decir que hemos logrado conformar una comunidad que se acompaña, da soporte y que entre nosotras ha surgido un sentimiento fuerte de complicidad, pues todas aquí tenemos un objetivo común: TENER UN BEBÉ.

Así que nuevamente agradezco que ustedes formen parte de esto, compartiéndome sus testimonios llenos de amor y de esperanza, donde después de tanto luchar contra la infertilidad y la montaña rusa de emociones que eso conllevaba, ¡al fin lo lograban! Donde después de meses y años de búsqueda de respuestas negativas y especialistas en fertilidad, al fin recibían el increíble regalo de ser mamás. Y entonces es cuando yo me decía a mí misma, “venga, Ana, hay que agotar hasta la última posibilidad”

Fueron muchos meses donde Carlos y yo pensábamos que era “normal” que a la primera no “pegara”, después vinieron esos comentarios que más allá de ayudarnos, nos hicieron sentir en el suelo. “¿Es que por qué no se han embarazado?” “Relájate, Ana, seguro es cosa de tranquilizarte”… pero yo sabía que había algo más.

Después de un rato, de modificar hábitos, de visitas médicas, llegó mi primer FIV y tenía muchas ilusiones depositadas en ese tratamiento, ¿qué salió mal? Hoy pienso que tal vez no era nuestro momento… pero vino el tiempo de esperar, de recuperarnos como pareja, de confirmar una y otra vez que ser padres era el más preciado sueño que teníamos como compañeros de vida; sin embargo, ambos debíamos estar seguros si continuar o detener esta búsqueda para tener a nuestro bebé en casa (ese era nuestro trato).

Y aunque ese primer tratamiento no funcionó, desde que llegamos con nuestro doctor; esa forma de explicar, de hablarnos, la paciencia al decirnos todos esos términos médicos en simples enunciados sencillos de comprender, hacían que este camino se sintiera el correcto y nos hacía sentir tan acompañados en esta batalla, que ahora ya no solo éramos mi esposo y yo luchando por este sueño, ¡ahora era todo un equipo detrás!

Y el momento llegó…

Hoy, con lágrimas de alegría y felicidad quiero compartirles que nos dieron la mejor noticia de nuestras vidas. Cuando escuchamos las palabras tan esperadas dichas por nuestro doctor, retumbaron en nuestros oídos y en nuestro corazón, llenos de emoción de que nuestro anhelado sueño se está haciendo realidad.

¡VAMOS A SER PAPÁS! Voy a ser MAMÁ, una vida comienza a crecer dentro de mí.

No tengo palabras para explicar lo que siento, ese palpitar del corazón donde uno siente que está soñando, sabía que había muchas posibilidades porque mi cuerpo reaccionó bien al tratamiento pero como todo debíamos continuar con el proceso, con los nervios y por eso, solo les decía “necesito su buena vibra”. Pero al fin, tener un positivo es algo indescriptible…

El doctor nos recomendó esperar un poco más para anunciarlo, pero ustedes que han sido mi familia MTB, compañeras y compañeros de viaje por la infertilidad, merecían saberlo y no quise reservarlo más, porque el hecho de que Carlos y yo lo hayamos logrado no quiere decir que dejemos de luchar, como una vez me escribieron, “quien pasa por la infertilidad nunca se supera”.

En MTB seguimos luchando contra tabús, donde buscamos respuestas, doctores, consejos, apapachos y experiencias que nos ayuden a cada una a lograr este sueño.

Estoy viviendo un momento mágico y por supuesto, ¡ustedes son parte de ello! GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

ANA.