Muchas veces me he maravillado de lo increíble y preciso que es el cuerpo humano. Es que, hay cosas que son obvias e inmediatas, como los rasgos físicos, ya sea el color de piel, cabello, o defectos del desarrollo. Sin embargo, también hay características que son imposibles de percibirlas a simple vista, como la genética. Y cuando de fertilidad se trata, que es el tema que nos ocupa, hay muchas cosas que podrían influir en funcionamiento de nuestro cuerpo.

Pero, ¿a caso la genética me puede hacer infértil? ¡Ah! Pues eso es de lo que estaremos platicando hoy.

 

En el caso de los hombres, el eyaculado típico puede ser de 1 a 6 mililitros, para que se den una idea se podría llenar una jeringa de insulina (esas que son muy delgaditas) o, tal vez una de 2 o 3 ml. Muy rara vez una de 5 ml. No obstante, aunque ante nuestros ojos esta cantidad “es poquita”, dentro de ese eyaculado, existen en una muestra normal, entre 40 y 300 millones de espermatozoides, con un tamaño en milímetros, de aproximadamente .058 y son prácticamente transparentes. Por lo que es imposible verlos a simple vista.

 

Ahora, dentro de los espermatozoides existe toda la información necesaria para la formación y programación biológica de una nueva vida. Pero tan solo (en números aproximados) un 4% de los espermatozoides totales tienen forma y contenido normales. Lo que significa que un hombre a lo largo de su vida fabricará cuatrillones de espermatozoides, pero que al paso del tiempo también decrementarán su calidad y su capacidad de transmitir la información genética.

 

Bien, en el caso de las mujeres. Nuestros ovarios, desde que tenemos alrededor de 20 semanas de gestación y medimos apenas unos cuantos centímetros, ya tienen consigo todos los óvulos que tendrán a lo largo de la vida. Es decir, un feto femenino tiene alrededor de 7 millones de óvulos (no muchos si los comparamos con lo que es la fábrica masculina). Después, cuando una niña nace, la mayoría de esos ovocitos han alcanzado su tiempo programado de vida límite y en sus ovarios tendrán alrededor de 1 millón y nunca más se volverán a producir en su vida.

 

La mayoría de estos óvulos morirán constantemente, de manera que, al alcanzar su vida fértil, la mujer tendrá aproximadamente 350 mil y 400 mil ovocitos. Solo estos podrán ser madurados, pero eso no quiere decir que tengamos todos esos disponibles, pues mes con mes (en cada periodo) se “sacrificarán” casi mil ovocitos para que uno solo pueda llegar a madurar. Al pasar los años, la información genética se podría ver afectada y cada vez, menos tendrán la calidad adecuada para crear una nueva vida.

 

Finalmente, pensemos que para que un ser humano “normal”, es necesario el material genético femenino y masculino, 23 cromosomas por cada uno, para hacer un total de 23 pares de cromosomas, que definen las correctas características de un ser humano internas y externas y, que le permitirán interactuar con su medio y cumplir con su función biológica de supervivencia. ¡Ahora ven por qué las clases de biología son tan importantes!

 

Pero, ¿qué pasa si en alguna parte de la información genética, existe algún problema?

 

Hay dos probabilidades, que la información genética sea lo suficientemente “defectuosa” para interrumpir el desarrollo en una fase temprana de la evolución del embrión(interrupción del embarazo o abortos) o, que nazca un ser humano con esta información “defectuosa” y sea capaz de sobreponerse a la vida, pero que puede trasmitir esa información inadecuada a su descendencia.

 

La otra probabilidad, es que la propia biología le impida trasmitir su información, pues cada vez podría ser más alterada y dar mayores problemas al ser humano (incluso a la misma especie humana). Es decir, estos problemas genéticos y cromosómicos, sí podrían ser la causa de infertilidad femenina o masculina.

 

Si tú y tu pareja no han logrado embarazarse, existen algunas pruebas recomendadas que ayudan a saber un poco más de nuestra genética, como el cariotipo que puede dar información de lo que cada una de sus células contiene.

 

En la mujer, cuando son los cromosomas y ADN que están alterados, cada una de sus células tendrán esta misma información, incluyendo a los óvulos. Lo que puede afectar la capacidad de ser fecundados o, su genética está tan alterada, que se perderán en una fase muy temprana.

 

Para los hombres, un estudio del comportamiento de los cromosomas en el ADN de los espermatozoides podrá brindar más información genética a su especialista en reproducción.

 

Por ello, cuando una mujer ha tenido varias pérdidas gestacionales, se podría sospechar que existen problemas cromosómicos en los embriones que les impiden seguir su desarrollo, sugiriendo además de los estudios que les mencionamos, una fertilización In Vitro, con Diagnóstico Genético Preimplantatorio (DGP) de cada uno de sus embriones.

 

Pero tranquilos, si se confirman casos de información genética alterada, ¡siempre será posible recurrir a la donación de óvulos o espermatozoides!

 

Gaby García.

Fundadora y Presidenta Pronanhi A.C.