¡Hola familia Mom to Be! Nuevamente nos encontramos estrenando mes y cada vez llueve más, esperamos que la lluvia llegue a todas las zonas donde la necesitan.

En esta ocasión, quiero platicarles sobre un par de cosas que me hacen mucho ruido. Éstas, son las etiquetas bajo las cuales clasificamos a las personas; y la Medicina Reproductiva no se salva de ellas; tan es así, que cuántas veces no hemos escuchado sobre “parejas/hombres/mujeres estériles o infértiles”.

 

Primero que nada, es muy importante pensar en la infertilidad como ese asistente sin invitación que llegó para acompañar una parte de tu vida, no como una definición de tu persona. Es súper importante recalcar que por más dificultades que tengas para embarazarte, nunca debes considerarte una persona infértil, pues que no puedas concebir sin ayuda, no debería definirte de ninguna manera.

 

También me ha tocado escuchar hablar de las parejas/hombres/mujeres estériles, como si acabaran de salir del autoclave en el que se esteriliza el equipo quirúrgico. ¿Súper raro clasificar así a uno persona, no?

 

Cada vez que escucho a alguien hablar en estos términos, no puedo evitar saltar con la observación de que debemos evitar las etiquetas que, además de definir inadecuadamente a una persona, la encasillan y cosifican, afectando muchísimo su psique y emociones.

 

Así que antes de comenzar a diferenciar entre estos 2 términos, primero les invito a sacudirse la clasificación de “infértiles” o “estériles” como definición de las personas que padecen algún problema reproductivo.

 

De modo que entendamos bien de lo que estamos hablando, creo que es importante conocer la diferencia entre estos dos conceptos. Existen diferentes acepciones respecto a estos términos, que van de las definiciones lingüísticas estrictas, hasta las definiciones aceptadas por grupos médicos por regiones del mundo. Sin embargo, en México solemos adoptar el concepto de América del Norte, que considera a la infertilidad como aquella que puede tratarse para lograr un embarazo o para llevar un embarazo a término, mientras que la esterilidad, sería una incapacidad para lograr el embarazo, que no es reversible o que no es susceptible a ser tratada.

Veamos ejemplos al respecto…

 

Una mujer cuyo útero y ovarios han sido removidos quirúrgicamente, que no puede aspirar a la donación de óvulos o embriones para lograr un embarazo en su propio cuerpo o que no tiene ovarios para estimular la maduración de sus óvulos y poder lograr un embarazo por medio de gestación sustituta; podría considerarse una mujer con esterilidad. Mientras que un hombre que no tiene testículos o cuyos testículos tienen daños irreversibles que impiden la formación de los espermatozoides desde fases muy tempranas y que no pueden aspirar a lograr la fecundación de un óvulo, puede considerarse un hombre con esterilidad.

 

Por otro lado, la infertilidad es susceptible de tratamiento médico y abarca todo lo que impide lograr un embarazo o llevar un embarazo a término, todo lo que puede tratarse o no impide lograr un embarazo, como es el caso de la necesidad de donación de óvulos o la pérdida gestacional recurrente, se encuadran en la definición de infertilidad, que puede ser primaria; es decir, de parejas que nunca han logrado un embarazo o secundaria, que se refiere a personas que han tenido previamente hijos o embarazos, aunque no hayan llegado a término.

 

Para algunas regiones del mundo, no encontrarás diferencia entre estos dos términos, pero siendo estrictos con la definición, la esterilidad es la incapacidad de “dar fruto” y si volteamos la mirada a lo que nos rodea, todas las personas hemos dado muchos frutos, así que a pesar de ya saber la diferencia entre estos dos términos, cualquier persona puede hacer ejercicio de la maternidad y paternidad, a pesar de no gestar o no compartir con un hijo o hija nuestra genética.

 

¿Quisieras platicarnos un poco más respecto a tu experiencia con estos dos términos? Llámame: 53-41-95-27

 

Gaby García.

Fundadora y Presidenta Pronanhi AC

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