En la semana Carlos y yo fuimos a cenar a casa de una de mis primas. Tenía tanto que no la veíamos que no reconocí a mis propias sobrinas.

En mi memoria, ellas aún eran muy chiquitas y tenían máximo unos 6 años. Pero cuál fue mi sorpresa, la más chica tiene 15 y me saca más de una cabeza de altura. ¡OMG, con qué alimentan a los niños ahora!

 

Como era entre semana, las niñas tenían tarea y una de ellas me pidió ayuda con algo de biología humana. Obviamente acepté, “es biología humana, sería absurdo a estas alturas no conocer mi propio cuerpo y el de mi marido”…pensé.

 

¡ERROR! Me sentí en la escuela, cuando el maestro te preguntaba algo y de repente tu mente se ponía en blanco. Pau, mi sobrina, llegó y de la nada me dijo “tía, ¿qué es y dónde está el endometrio?”.

 

Me quedé con cara de “WHAT?!”, jajaja. Obvio he escuchado la palabra, más ahora que Carlos y yo estamos visitando tanto al médico. Es por esto que me sonaba a que tenía algo que ver con el sistema reproductor, pero…no quería mentirle a mi sobrina y que por mi culpa tuviera mal su tarea.

 

Volteé a ver a mi marido, en busca de apoyo, y mi héroe vino a mi rescate. Mi “gordito hermoso” comenzó a explicarle a Pau que el endometrio era una membrana, una “telita” que recubría el interior del útero de las mujeres. Con esta explicación, la niña quedó satisfecha y yo entre avergonzada y asombrada.

 

Para evitar que esto me volviera a pasar, y porque entre mis responsabilidades está conocer mi cuerpo, llegando a la casa comencé a buscar todo sobre el tema. Cual va siendo mi sorpresa que encontré muchísima información sobre la “endometriosis” , término que se me hacía más que familiar, pues lo había visto en uno de los flyers en el consultorio del doctor.

 

Seguí leyendo y resulta que 176 MILLONES de mujeres en el mundo tienen este problema, y que entre el 30 y 40% de las mismas tienen dificultades para convertirse en mamás. ¿Cómo es que no había leído más sobre esto?

Resulta que los problemas en esta membrana al interior de nuestro útero, pueden afectar nuestra fertilidad al formar adherencias pélvicas que impiden que tanto las trompas de Falopio como los ovarios realicen sus funciones correctamente.

 

Si a esto le sumamos que, según la literatura médica, la endometriosis suele causar mucho dolor al tener “acción” o después de ésta…mmm es obvio que vamos a dejar de ponernos en mood sensual con nuestras parejas, pues ¿a quién le gusta el dolor? Y eso resulta en menos posibilidades de concebir un bebé.

 

Este problemita puede ser, oigan bien, hereditario; por lo que las mujeres cuyas madres o hermanas lo padecen, suelen tener 6 veces más posibilidades de presentarla.

 

Pero no todo está perdido, la endometriosis es tratable y quienes la padecen aún tienen opciones para lograr el sueño de tener una familia. ¡Ufff! Esas sí son buenas noticias.

 

Creo que en mi próxima cita con la ginecóloga le pediré un ultrasonido vaginal, pues leí que es una de las formas en las que los médicos pueden diagnosticar o no este padecimiento.

 

Es mejor prevenir, que lamentar. ¿No lo creen?

 

Ana