Cuando le preguntamos a una mujer de más de 35 años que está comenzando a disfrutar del éxito profesional, de una recién estabilidad económica y una vida plena de pareja, ¿para cuándo el bebé? Es una de las preguntas más incómodas que pudiéramos hacerle, pues en realidad nadie tiene la certeza de saber cuándo es el momento justo para ello… ¿Recuerdan nuestra última entrada hablando sobre el número de óvulos y nuestra edad fértil? Pues ahora les tenemos una alternativa: la donación de óvulos; pero para hablarles de ello, me gustaría contarles vivencias e historias de vida que han llegado a mí.

 

Norma es una mujer, cuya historia se parece a la de muchas mujeres, con la idea de tener una familia grande y sin estar consciente de cómo, fue operada para no embarazarse cuando tuvo a su segundo hijo por cesárea, razón por la que se sometió a un In Vitro, sin éxito. Desafortunadamente, su segundo hijo enfermó gravemente y después de un largo tratamiento, tristemente murió. Con la enfermedad y muerte de su hijo, esperó por muchos años para seguir intentando tener otros hijos y cuando decidieron retomar el tratamiento reproductivo, su reserva ovárica se había agotado, por lo que su médico le sugirió la donación de óvulos. Norma no lo dudó y tuvo un tercer bebé, también de sexo masculino como los anteriores. Cuando conocí al pequeño Ángel, le pregunté, desde una curiosidad terapéutica, ¿qué diferencia había entre sus dos hijos anteriores y este tercer bebé que no compartía su genética?, sin titubear me explicó, que era exactamente igual, que el amor y emoción que sintió por sus dos hijos anteriores y al escuchar sus corazoncitos por primera vez, la sensación era exactamente igual a la que sintió por su tercer bebé, esa emoción y preocupación por su vida futura, su frase final fue, “el amor es el mismo, porque los 3 son mis hijos”.

 

 

Por el contrario, Mayra, era una chica de 32 años, que tenía una historia de infertilidad de 5 años, cuando finalmente le hicieron un In Vitro, se descubrió que su reserva ovárica, a pesar de su edad, ya se había agotado, se le conoce como “menopausia prematura” ese fue su diagnóstico. Le dieron la opción de donación de óvulos, pero de inicio no la aceptó, se enojó con el médico; sin embargo, después de una segunda opinión y escuchar que le daban el mismo diagnóstico, decidió no intentarlo más. Recuerdo que Mayra llegó a mi consulta para trabajar ese tema y después de algunos meses, decidió aceptar la recomendación del médico y en la primera transferencia de FIV con ovodón, se embarazó de dos niñas. A pesar de estar feliz por el embarazo, su preocupación era si una vez que nacieran, podría no sentirlas suyas, porque no compartían su genética, pero después del trabajo que hicimos y del nacimiento de sus nenas, le pregunté si sus temores se habían vuelto realidad… Soltó una carcajada y dijo, ahora que veo a esas hermosas y se parecen a su papá y a mí, me parece una idea tonta, ¡¡las adoro!!

 

 

Estos son solo algunos de los casos que quiero compartir con ustedes, tengo muchísimos ejemplos más que por supuesto se los platicaré en una segunda entrega de donación de óvulos. Pues muchas veces esas mujeres que tienen que tomar la decisión de elegir o no la donación de óvulos, pueden llegar a sentirse solas y casi nadie habla de ello, no quieren compartir con nadie por lo que están pasando y el temor a ser juzgadas, las invade.

 

Para una mujer cuya calidad o cantidad de óvulos se ha acabado, saber que deberá optar por la donación de óvulos y que su genética no será la de su bebé, es un impacto muy fuerte, que cambia el concepto que tiene de sí mismas. Por ello, por favor síganme en mi siguiente entrada donde les daré algunas recomendaciones para quienes están a punto de tomar esa decisión o ya están en ese proceso.

 

Gaby García.

Fundadora y Presidenta Pronanhi A.C.