Hace muchos años la expectativa de vida de las personas, era de aproximadamente 45-50 años. Afortunadamente eso ha cambiado y, gracias a los adelantos de la ciencia médica, hemos duplicado esa expectativa de vida, logrando que muchas personas lleguen a los 90 años, con condiciones de salud muy aceptables.
Hoy, les quiero platicar acerca de las tecnologías y como esto ha permitido revolucionar la manera en que la humanidad ha avanzado y con ello, mejorar aspectos generales de la vida; sin embargo, así como nos ha ayudado, también ha modificado otros aspectos, por ejemplo, la fecundidad del ser humano, sobre todo la fertilidad masculina.
Estudios multicentro a nivel mundial realizaron un análisis y compararon muestras de semen entre 1973 y 2011, observando que la cantidad de espermatozoides en el eyaculado, se ha disminuido en más del 52% y la cantidad en un más de 59%. Esto se ha observado en pacientes europeos, australianos, neozelandeses y habitantes de América del Norte. Solo en América del sur, Asia y África, esta condición no era tan alarmante.
Pero, ¿qué es lo que nos está afectando?
Tal parece que la causa, es la continua exposición a sustancias químicas; incluso antes de nacer, las sustancias o químicos a los que tuvieron acceso nuestros padres pueden llegar a afectar el funcionamiento de las hormonas, dañando la cantidad y calidad de los espermatozoides.
Dichas sustancias muchas veces resultan imperceptibles pues resulta que forman parte de nuestra rutina y que desconocemos causan daño, pero están allí, por ejemplo, aquellas botellas de plástico que dejamos en el auto y se sobrecalientan porque fueron expuestas a rayos de sol o altas temperaturas desprenden sustancias tóxicas que podrían afectar nuestra salud.
Si a esto le añadimos hábitos como el alcoholismo o el tabaquismo, incluso si la madre se expone de manera pasiva durante el embarazo y el consumo directo, esto puede afectar de manera importante a nuestras glándulas, ocasionando una disminución en la producción espermática, lo que afecta en su capacidad de fecundar, pues rompe las cadenas de ADN que el espermatozoide transporta al interior del óvulo.
Es entonces cuando empezamos a vislumbrar la manera en la que la tecnología así como nos ayuda, también está afectando la calidad y cantidad de los espermatozoides.
Por citar otro ejemplo, qué sucede con aquellos insecticidas o químicos que se utilizan para mejorar y aumentar la producción de los alimentos y así más personas tengan acceso acorde con la demanda, aunado al uso de recipientes plásticos para su transportación y calentamiento de los alimentos en horno de microondas, todo esto en conjunto está disminuyendo la fertilidad de los hombres, pero también su salud en general. Pues afecta la manera en la que las hormonas funcionan, aumentando la tendencia a la obesidad y diabetes, problemas metabólicos que sin duda, afectan la manera en la que los testículos trabajan.
Y ahora vamos con el “rey” de nuestro tiempo y la tecnología: el celular o móvil, tableta y computadora. Sea por cuestiones laborales o no, pasamos la mayoría de nuestro tiempo pegados a estos aparatos electrónicos. Pareciera que estos dispositivos móviles son parte de nuestra persona y personalidad.
Sin embargo, estos dispositivos, parecen afectar de manera importante la calidad y cantidad de los espermatozoides, así como el líquido seminal.
Un estudio israelí encontró que aquellos hombres que usan el celular por más de una hora al día, duplican el riesgo de que la calidad de su esperma se reduzca a niveles menores que los necesarios para procrear. Esto lo mencionaron después de un análisis al semen, a consecuencia de la constante exposición a la radiación que emiten los teléfonos móviles.
Dicho estudio encontró que el 47% de los hombres que guardan su celular en los bolsillos de los pantalones a lo largo del día, reportaron niveles alarmantemente bajos. Aseguran que aquellos que reportaban hablar más de una hora al día o hacerlo mientras se carga el celular y se fuma, tenían concentración muy baja de espermatozoides en el semen, por lo que se sugiere a los hombres reducir la duración de las llamadas, usar auriculares de cable lo más posible, no almacenarlo junto a la ingle, no dormir junto a él, ni hablar mientras se está cargando.
Este mismo principio de la radiación de frecuencia, se aplica al uso de la computadora portátil, principalmente si se usa de manera cotidiana en las piernas, pues la exposición de los testículos es alta.
Sucede que los testículos, al estar fuera del cuerpo, se encuentran aproximadamente a un grado menos de temperatura que el resto del cuerpo y eso, parece ser importante para la producción espermática. Lo que significa que además de la radiofrecuencia a la que se ve expuesta esta parte del cuerpo, los testículos son sometidos a una temperatura anormal cuando se usa en las piernas; afectando de forma severa la calidad de los espermatozoides. Para que se den una idea, esta afectación puede ser semejarse a la que producen las paperas en la infancia.
Con esta entrada, no trato de decirles que no debamos usar las tecnologías, solo busco que tengan la mayor información posible acerca de su fertilidad y lo importante que es no abusar de las mismas, pues podría causarnos problemas de salud que impidan lograr ese sueño de convertirse en padres.
Gaby García.
Fundadora y Presidenta Pronanhi A.C.
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