Creo que todos los que formamos la familia Mom to Be hemos soñado, más veces de las que podemos recordar, con el día en que la prueba de embarazo marque positivo; seguro también hemos sentido ese cosquilleo en la panza al pensar en lo que sería vivir todas esas etapas de cambios e ilusiones, de consultas, ansiedad, miedos primerizos y redecoración de habitaciones.

Nuestra realidad es que la vida nos la ha puesto más difícil que a muchas parejas, pero me gusta pensar que es la prueba final para demostrarle que seremos los mejores padres sobre la faz de la Tierra.

Con este mantra en mi mente y Carlos a mi lado, he sobrellevado tantos intentos y fallas sin perder el optimismo. Aunque en verdad no saben cuánto desearía que viniera mi hada madrina y con un “bibidi babidi bu” me concediera el sueño de convertirme en mamá.

He de confesarles que a pesar de no tener una varita mágica y definitivamente no tener una voz angelical, estoy segura de que mi doctor es lo más parecido a un hada madrina en el mundo real. Pues fue él el que me presentó la “fábrica de sueños”, mejor conocida como: clínica de fertilidad.

A pesar de su nombre puede asustar e imponer un poco, es el lugar por excelencia en donde se reúnen: médicos especializados en temas de fertilidad y la tecnología de punta que los ayuda a hacer realidad los sueños de muchas parejas.

¿Genial, no? Pero, ¡ojo! Pues también entre “fábricas de sueños” hay clases, y es importante saber diferenciar las buenas de las malas.

Platicando con mi doctor, amigos en la misma situación que Carlos y yo, así como consultando artículos especializados, llegué a la conclusión de que la clínica de fertilidad por excelencia debe:

  • Ser realmente un centro especializado en reproducción asistida
  • Contar con profesionales cualificados y de experiencia
  • Contar con trato personalizado hacia los pacientes
  • Proporcionar el tratamiento más adecuado, sin importar que éste sea el más sencillo o complicado
  • Contar con un laboratorio con los últimos avances tecnológicos
  • Contar con un equipo humano en el que puedas depositar tu confianza

No sé ustedes, pero si les estoy confiando uno de mis más grandes sueños, es mega importante que me sienta protegida, atendida y apapachada todo el tiempo.

Y ustedes, ¿ya tienen su “fábrica de sueños”? ¿Cómo la eligieron? Me encantaría leerlos.

Ana