Estos días le he estado dando vueltas y vueltas en mi cabeza al tema de la donación de óvulos. Y hasta el momento creo que he llegado a la conclusión de que en verdad es una opción a considerar.

 

Obviamente primero pienso agotar todas las posibilidades para que mi bebé tenga tanto los genes de Carlos como los míos, pero no me cerraré las puertas a la posibilidad de aceptar el óvulo de una donante.

 

Debo confesarles que aunque yo ya tenía resuelto este tema en mi mente, aún no lo había hablado con Carlos, me daba…una combinación de nervios y angustia que hacía que me doliera el estómago.

 

Pero ayer fui valiente, me agarré los pantaloncitos y decidí platicar con él.

 

Mientras yo hablaba, Carlos se mostró calmado y receptivo. Estaba TAN tranquilo que comenzó a ponerme más nerviosa (ya sé, ¿quién entiende a las mujeres?).

 

Después de un rato, que pareció eterno, terminé de exponerle todo el tema (pros, contras, mis cuestionamientos, etc.) y le pregunté su opinión.

 

Carlos, sereno como siempre, me vio con la mirada más amorosa que le había visto y me dijo…»Siempre te voy a apoyar, y si la donación de óvulos es la forma en la que podemos ser papás, estoy contigo hasta el final».

 

Casi se me salen las lágrimas cuando lo escuché, ¿acaso no es el mejor? En ningún momento me cuestionó el considerar implantarme el óvulo de una donante, él sólo dijo que si esa opción me hacía feliz…estaba a mi lado, como siempre.

 

No sé ustedes, pero con esa respuesta ya no tengo más dudas. Así que si después de todos nuestros intentos el doctor nos pide considerar la donación de óvulos, mi respuesta será… «¿cuándo empezamos?»

 

¿Ustedes han hablado con sus parejas sobre el tema? Me encantaría que compartieran cómo manejaron la situación y cómo reaccionaron.

 

Nos leemos pronto.

Ana