¡Hola, Ana! Han pasado 5 años de una dolorosa búsqueda para convertirnos en padres; tres pérdidas gestacionales nos han dejado con un inmenso dolor en el corazón…y fue cuando comencé a ver tus publicaciones y una en particular hizo que resonara todo en mí, “buscar a un especialista de infertilidad”. Así que quiero compartir parte de mi historia de vida, que hoy he titulado, carta de gratitud.

Estoy profundamente agradecida con mi cuerpo por demostrar valentía y fuerza cuando más lo he necesitado, siento que no es casualidad, ya que traigo los genes de mis mayores ejemplos de fortaleza: mi abuela y madre.

He vivido tres pérdidas gestacionales: un embarazo en 2016, un embarazo ectópico en marzo del 2020 y en octubre del mismo 2020 tuve una interrupción del embarazo tras un sangrado y el desarrollo de un hematoma. Mi corazón en cada pérdida iba haciéndose más añicos, el dolor emocional supera por mucho el dolor físico y cada vez todo se veía más difícil. Fue entonces cuando comencé a centrarme en mí, en mi amor propio, en apapacharme, consentirme, cuidarme y ¿por qué no?, dejar que las personas que amo también me lo demuestren.

En más de una ocasión he buscado respuestas a los abortos involuntarios repetidos que he tenido, aunque cada uno ha sido un caso distinto, al final, coinciden en que no pasa de las 8 semanas de gestación…Pero fue en ese camino y búsqueda de ayuda que encontré a Mom to Be, y en verdad que han sido una luz en la búsqueda de especialistas, así como un espacio para conectar y empatizar con otras mujeres y familias que han transitado por caminos similares al mío.

Durante esta búsqueda de un especialista en fertilidad, he intentado al mismo tiempo procurar mi bienestar emocional, hacer las cosas que me hacen feliz y que disfruto, incluyendo la terapia.

Tengo claro un objetivo que una vez lo escuché de una gran mujer y amiga, ¡y hoy más que nunca me hace sentido! Quiero estar bien para mí, estar feliz con o sin hijos, porque mi deseo de ser mamá no es para ser feliz, yo creo que eso es algo al que cada uno nos toca producirlo, pero sin duda me encantaría formar un ser humano, verlo crecer e ir aprendiendo juntos.

En estos 5 años he tenido subidas, bajadas, días de llanto, silencios, preguntas sin respuestas y todo lo que se vive ante la pérdida de un hijo, sin embargo, hoy me reconozco como madre de tres angelitos que no logré conocer, pero que son lo que más amo y atesoro en mi corazón.

Me siento agradecida con la vida y con Dios por estar viva, porque me ha permitido la dicha de sentir una vida en mi vientre. Las semanas han sido difíciles y de incertidumbre, pero también he tenido momentos en donde vivo el presente, en los que me permito sentir alegría y expresarla.

Y si en agradecimientos estamos, estoy muy agradecida con mi esposo, un hombre que me ha demostrado con hechos lo que es el amor y cómo nutrirlo día a día, juntos nos hemos ilusionado, cuidado, también hemos sufrido y llorado ante lo inevitable, al ver como la fracción beta disminuye o en el momento previo a ingresar a quirófano y el difícil momento de despedirnos de nuestros hijos.

Hoy sé que estos procesos y experiencias han transformado mi cuerpo y mi corazón, confieso que me costó trabajo y tiempo reconocer que después de sentir tanto dolor logré permitirme conectar con la gratitud y lo que hoy tengo (siento que veo una pequeña luz al final de túnel) y cuando más me acerque a los especialistas indicados, confío que esa luz crezca cada vez más.

Jóse