Sin él (o ella), no sería tan fuerte. Cuando me abruma todo esto, cuando no veo el resultado esperado, cuando no sé cómo actuar, su abrazo lo es todo y encuentro consuelo. Sé que estamos juntos en este camino y eso me reconforta. Habla poco de sus sentimientos, pero sé, por su mirada, que cómo se siente. Puedo ver que no la pasa bien, puedo ver el brillo de la esperanza, puedo ver cómo me ve y que quisiera que no la pase mal. Todo esto hace que sea más fuerte.

 

Contar con alguien que te apoye es muy importante. Es tener un hombro donde recargarte en los momentos difíciles y también en los de felicidad. Es tener con quien reír y planear. Es sentirte amada. Gracias a ti soy más fuerte.

 

No importa el nombre – en mi caso es Carlos. Lo que importa es que esté a tu lado cuándo más lo necesitas. El saber que está ahí para ti (no tiene que estar físicamente incluso) es necesario para que la esperanza siga y no claudiques.

 

Esta entrada es para agradecerte y para agradecer todo el apoyo que tenemos de las personas que más nos aman. Sin ellos, probablemente hubiéramos desistido del camino. Hubiéramos perdido esa esperanza que nos impulsa a seguir adelante. Sea cual sea el resultado, sé que estaremos juntos.

 

¡Gracias por todo! ¡Eres un gran compañero!

 

Ana