El mundo está cambiando a una velocidad increíble, que es difícil seguirle el paso. Sin embargo, existen ciertas ideas que se rehúsan a unirse a esta ola de renovación, haciendo más lenta y difícil la adopción a estas nuevas conductas.

Uno de los grandes cambios que debemos aplaudir es el cambio de roles que los juegos como las películas para niños están mostrando. Ahora una niña puede soñar con ser astronauta y un niño puede pedir una cocinita mágica para ser el mejor chef de la familia.

 

Ojalá todo fuera tan fácil como esto, pero tristemente esta no es la realidad. Conceptos como la infertilidad siguen siendo adjudicados en gran medida a las mujeres, a pesar de que existen pruebas médicas que demuestran que 1/3 de esta condición corresponden exclusivamente a la mujer, 1/3 al hombre y en el otro tercio ambos presentan algún problema para concebir; por lo que… el porcentaje de hombres que padecen infertilidad, es igual al de las mujeres.

 

Es un hecho que la infertilidad produce más ansiedad y estrés en nosotras, independientemente de si el padecimiento es de causa femenina o masculina, sin embargo, las mujeres podemos ser más abiertas para hablar de nuestros problemas, por lo que el número de redes de apoyo para nosotras son mayores y el manejo de nuestras emociones se vuelven mucho más llevaderas.

 

Un escenario totalmente diferente viven los hombres, quienes suelen ser muchísimo más reservados al hablar de sus problemas personales, y si a esto le agregamos el factor “infertilidad”, es muy probable que sea mil veces más difícil lograr que se abra; más que nada porque suele relacionarse con la disfunción eréctil o con la falta de masculinidad u hombría. Así que sumado al dolor emocional de no lograr un embarazo, el hombre suele vivir el dolor emocional de la infertilidad, sin el apoyo de sus pares  y de manera solitaria.

 

Si existe algo que no conoce de géneros, son las emociones y la infertilidad. Hombres y mujeres las sentimos y la enfrentamos, pero, la manera en la que las expresamos, las circunstancias en la que se nos está permitido “usarlas”, y la forma en la que la vivimos son completamente diferentes.

 

Hay que tener claro que el hombre no es infértil a propósito, y obviamente le afecta no poder lograr conseguir el tan anhelado hijo; y si a esto le sumamos que su pareja tampoco puede lograr su sueño a causa del factor que él padece…aparecen el enojo, la frustración y el dolor emocional.

 

Entonces, ¿cómo podemos hablar con los hombres sobre la infertilidad? Bueno, primero debemos comprender todas estas emociones involucradas y estar abiertas a escuchar de manera libre y abierta.

 

No lo presiones, espera a que él quiera hablar sobre su padecimiento. Si quiere hacerlo, escúchalo muy atentamente sin interrumpir; recuerda que lo importante es que él exprese sus sentimientos y emociones y que tú comprendas por lo que está pasando.  Ten súper en mente que tú no eres el foco, él lo es.

 

Pregúntale si ha tenido malos ratos con algunos comentarios que ha escuchado o que le han dicho de manera directa o si tú le has dicho algo que lo haya hecho sentir herido o avergonzado; al respecto, puedes sentirte aludida o mal entendida, pero recuerda, no caigas en la tentación de justificarte o aclarar las circunstancias, el momento es para que él se exprese y es porque necesita hablar en este momento, escúchalo.

 

Procuren tener un diagnóstico de parte de un médico especialista, y solicítenle una explicación detallada del mismo para poder entenderlo claramente, documéntate ampliamente, aprende respecto a sus orígenes y posibles tratamientos e invítale a que también él lo haga, una vez que así ocurra, nunca lo usen como una característica de personalidad, hablen del padecimiento por su nombre y no como parte de su persona.

 

Nunca minimices sus sentimientos, si se anima a abrirlos contigo, dale oportunidad de darles rienda suelta contigo sin criticarle; si a ti no te parecen que debiera sentirse “tan mal” es porque estás comparándolo contigo, recuerda que a pesar de que a ambos les afecta y duele, es su padecimiento y de manera constante, tiene que lidiar con sus pensamientos, sentimientos y emociones, dale oportunidad de expresarse, escúchalo.

 

Anímalo a hablar con alguien, además de ti, que sea de extrema confianza, con quien no se sienta criticado; pero si le resulta imposible encontrar a alguien así entre las personas más cercanas, recuerda que un psicoterapeuta será de mucha ayuda para poder expresar sus emociones y sentimientos y tener una nueva narrativa de su padecimiento. Acude tu misma a terapia y siempre se muy sincera, si quieres estar a su lado e intentar lograr un embarazo por medio de reproducción asistida, esto involucrará padecimientos físicos y emocionales para ti, así que sólo vívelos si realmente estás dispuesta a hacerlo, si te sientes molesta o no quieres hacerlo, no lo hagas por complacerlo, esto puede atentar contra ti misma y tu bienestar y con el de la pareja.

 

Una vez que estén en tratamiento, recuerda las razones por las que estás en el mismo: quieres ser mamá junto a él. ¡Alejen los reclamos y recriminaciones!

 

No es algo fácil, pero son pareja en buenas y malas…y contra la infertilidad se debe hacer equipo, de lo contrario el camino se vuelve aún más difícil.

 

Y tú, ¿padeces infertilidad y no has podido hablar sobre tu padecimiento? ¿En tu pareja hay infertilidad de causa masculina y te ha funcionado alguna estrategia para hablar adecuadamente de ello? ¡Compártelo con nosotros! Puedes llamarme al: 53-41-95-27

 

Gaby García.

Fundadora y Presidenta Pronanhi AC