Navegando en internet me tope con una cifra que me dejó no fría, sino helada: en México hay aproximadamente 1.5 millones de parejas que padecen infertilidad, y menos de 50% de éstas acude a un especialista para buscar soluciones… Woooow, un momento, “¡¿qué?!”.

Si para Carlos y para mi ha sido más que difícil seguirle el ritmo a la aventura de ser padres, soportando malas y muy malas noticias sin dejarnos vencer…no puedo ni imaginar cómo deben estar pasándola las parejas que aún no llegan a las manos de un especialista que les dé algo de luz y esperanza.

La verdad el tema comenzó a agobiarme demasiado y, para variar, le hablé a mi doctor (pobre, ya también lo uso de psicólogo…pero shhh, no vaya a querer cobrarme más jajaja). Y me dejé ir “como gorda en tobogán”, explicándole que no se me hacía justo que los procedimientos para luchar contra la infertilidad sólo estuvieran en clínicas privadas y que fueran TAN caros, bla bla.

Y, antes de que siguiera escupiendo mi odio hacia las instituciones de gobierno, mi doctor me interrumpió y sólo dijo: mmm…de hecho estos procedimientos SÍ se realizan en los hospitales y clínicas de gobierno, lo malo es el tiempo de espera, pues es como cualquier otro padecimiento en el que tienes que esperar cita…pasar del médico general al especialista y después ya al tratamiento.

Nooooo bueno. Así que si ahorita tengo 33, para cuando me den cita con el especialista…podría tener 40 y mis oportunidades de lograr ser mamá se irían a menos de la mitad. ¡Eso es totalmente injusto!

Por otro lado, dejando mi histeria y estrés fuera de la ecuación, me da gusto saber que las oportunidades están ahí, brindándole la oportunidad a todas y todos de cumplir su sueño de “agrandar la familia”. Ya también queda de nuestro lado el escuchar a nuestro cuerpo y procurarlo, justo para tomar a tiempo la decisión de acudir al médico y comenzar el camino para lograr concebir un bebé.

Ana