En la montaña rusa de convertirme en mamá, me pasan un millón de cosas por la cabeza. Una de ellas es, ¿y si soy parte de la estadística de mujeres con cáncer de mama? ¿A caso ese será otro impedimento para Carlos y para mí, de convertirnos en papás?

 

No crean que estoy loca o paranoica, pero al ser este mes el “MES ROSA” donde todo mundo habla sobre la prevención del cáncer de mama, pues no está de más hacerse todas las preguntas posibles sobre esta enfermedad.

 

Antes de entrar en pánico, decidí preguntarle a mi doctor, y así tener todas las cartas sobre la mesa si esto llegaba a convertirse en mi realidad. Él me comentó que si bien no tenía porque alterarme, estaba muy orgulloso de que me acercara a él, pues de esta forma podíamos ver todo el panorama y armar un plan de acción juntos.

 

Sabemos que los tratamientos contra el cáncer son bastante invasivos, algunos incluso pueden tener repercusiones sobre la fertilidad. Por esta razón, los médicos recomiendan conservar óvulos y espermas antes de comenzar el tratamiento correspondiente.

 

Durante la cita con mi doctor salieron nombres de técnicas de reproducción súper raros, como criopreservación de óvulos o criopreservación del tejido ovárico, ¿suena como ciencia ficción, no? Pero es gracias a técnicas como éstas, que las personas que soñamos con tener un bebé tenemos una posibilidad frente al cáncer.

 

¡Ah! Otro detallito, si de por sí en este viaje la paciencia, así como amor y apoyo de tu pareja son indispensables…si agregamos un tratamiento contra el cáncer a la ecuación, debemos respirar y comprender que nuestro cuerpo debe tomarse un tiempo, antes de estar listo para un embarazo.

 

Saben, aún tengo miedo, pero sé que si tengo a Carlos y a mi doctor al lado, todo estará bien.

 

Gracias por leerme. En verdad me encanta poder desahogarme con ustedes.

 

Ana