¿Alguna vez han mirado una revista y comenzado a pensar…”uff me encantaría tener su cabello, y los ojos de esta otra, ahh y el cuerpo de aquella, etc”. Pues algo así me pasó hace unos meses, pero con bebés.
No, no estoy loca. Me llamo Meli y estoy harta y sumamente cansada de esperar a encontrar a EL hombre perfecto para poder formar una familia; así que desde hace tiempo comencé a informarme sobre la inseminación con semen de un donante.
La primera vez que hablé de esto con mi médico, se me hizo increíble que no me vio como bicho raro, sino todo lo contrario. Antes de juzgarme, me recomendó llevar mi tratamiento de estimulación ovárica en conjunto con una terapia psicológica, pues…si de por si la maternidad puede ser algo estresante, aventarte al ruedo solita, sin una pareja que te apoye en los momentos difíciles…¡está cañón!
Así comenzó la aventura de “elegirle” un papá a mi bebé.
No ha sido fácil, primero decidí abrirme con mi familia, ya saben…papá, mamá, hermana…pero no entendían al 100% el que yo prefiriera sentarme en una camilla a que un médico me inseminara, en lugar de buscarme una pareja para formar la familia que tanto soñaba.
Mis amigas fueron más empáticas, pero podía sentir que también se sentían medio incómodas con mi decisión.
Así que estos meses en los que mis ovarios han sido más que estimulados y que constantemente me estoy zambullendo en un mar de hormonas…mi buen psicólogo ha sido el salvavidas por excelencia. Es gracias a él que he agarrado fuerzas para desechar todos esos pensamientos negativos y enfocarme en mi meta, en mi verdadero sueño.
Por lo mismo he usado mis “tiempos libres” para ver el catálogo del posible donador del esperma ganador. Y…déjenme decirles que no es tarea fácil. Viene desde color de ojos, tipo de sangre, enfermedades hereditarias, si usa o no lentes, si hay alguna característica de su familia que salte de generación en generación…uff neta sólo falta que especifiquen si usó brackets o no.
Aún falta un poco para hacer el “primer intento”, estoy muy emocionada aunque la mayoría de las personas me comenta que muy pocas veces “pega” a la primera, que no me haga falsas ilusiones…es imposible no dejar volar la imaginación.
Meli
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