Amigos…estoy preocupada, mi doctor me pidió visitar a un psiquiatra. Sí, así como lo leen, me enviaron al loquero.

Sé que últimamente he estado algo irritable, negativa y voluble, pero…las mujeres somos un mar de hormonas, seguro es eso lo que me está pasando, pero como Carlos y mi doctor son hombres no me entienden.

Y…pensándolo bien, no es una trivialidad por lo que estamos pasando: meses intentando convertirnos en papás, pasar por un sin fin de pruebas, planear nuestras “noches de pasión”, cuidar nuestra alimentación y salud, soportar el “¿y los bebés para cuándo?” de las personas, y un sin fin de cosas más.

Ahhh, por si fuera poco, Carlos esta necio en que nos vayamos de vacaciones para desconectarnos de todo y así disfrutar de nosotros. ¡¿Y poner en pausa todo el camino recorrido, a caso está loco?! ¿por qué no lo mandan a él al loquero?

Uff…últimamente el mundo en el que vivo y todos los que lo habitan son…asfixiantes. ¡Rayos! Esperen un momento…jamás me había expresado así de mi situación, de mi vida y menos de mi pareja. Esta no soy yo, ¡por favor, que alguien me ayude!

Creo que tanto la idea de mi doctor, como la de Carlos no son TAN descabellada después de todo.

El hablar con un especialista sobre mi ansiedad, mis pensamientos negativos y depresión, me puede ayudar a canalizarlo todo y entender mejor lo que estoy sintiendo para no explotar con las personas que me aman.

Estaba leyendo uno de los folletos que me dio mi doctor, que 60% de las parejas con infertilidad esconden su situación y que sólo el 5% buscan ayuda psicológica para afrontarlo.

Me niego a formar parte de las estadísticas de parejas que terminan sus relaciones por no afrontar de la manera correcta a la infertilidad.

Sé que no estoy loca, pero reconozco que necesito ayuda para afrontar lo que estoy viviendo. Bien dicen que “aceptar el problema, es el primer paso”, ¿no?

Cuando hablé con mi mamá sobre este tema, me dijo algo que me dejó fría:

– Hija…nena, no sueñes con la felicidad, haz feliz la realidad; sé feliz con lo que tienes, mientras persigues lo que deseas

No hay duda que las mamás son sabias. Le tomaré la palabra y me enfocaré en vivir cada momento, en amar y respetar a mi increíble marido y en ver con otros ojos la situación que estamos enfrentando.

Por lo mismo, tendré que dejarlos unos días; ya que le tomé la palabra a Carlos y emprenderemos un viaje de una semanita a un lugar sorpresa, para reencontrarnos como pareja y…tal vez “hacer un bebé”, todo puede pasar. Ya les estaré contando.

En verdad los quiero muchísimo y no saben el gran apoyo que son para mi.

Ana