Todo comenzó hace dos años, en febrero del 2020, año en el que mi novio y yo decidimos casarnos después de 7 años de noviazgo. Me dejé de cuidar porque ya queríamos tener hijos y de febrero a mayo no pasó nada, y decidimos pedirle ayuda a mi mamá que es enfermera y nos llevó con un amigo Ginecólogo.
El Dr. me hizo un eco y todo se veía bien, ni quistes ni nada, y nos explicó como funcionaban mis días fértiles y dijo que así lo intentáramos por un año. Pero nada pasó. En junio del 2021 fuimos con otro amigo de mi mamá Ginecólogo con una especialidad en fertilidad, y me recetó medicamentos y vitaminas para mí y para mi esposo para dos ciclos pero no pasó nada.
Para septiembre me mandó a hacer una histerosalpingografía fue horrible, me dolió mucho, y lloré mucho, además de que el radiólogo me habló muy bonito y me hizo llorar más, las primeras radiográficas salían obstruidas y me preguntó que si podía aguantar más porque tenía obstruido, le dije que sí ( no importaba cuánto doliera si era para cumplir un sueño) y vio que estaba llorando, me dijo que estuviera tranquila, que fuera valiente, que yo podía, pues me hizo llorar más. Y solo una trompa pudo destaparse.
Llevamos los estudios con el Ginecólogo y dijo que por el momento no necesitaría cirugía para destapar la otra trompa. Y dio otra ronda de medicamentos y me haría monitoreo folicular. En diciembre fui a mi primer tratamiento y el monitoreo, tuve que viajar de una ciudad a otra, yo vivo en Chihuahua y el Ginecólogo está en Camargo, Chihuahua.
Mi primer tratamiento no funcionó y al llegar la Navidad pedí con todo mi corazón que me llegara este hermoso regalo, creo que nunca había pedido nada con tanto dese. Pero ni modo, a intentar otro ciclo.
Y en este proceso seguro a todas nos ha pasado escuchar: “es que no te embarazas porque no dejas de pensar en eso, va a pasar cuando tenga que pasar, que no confías en Dios…” Y al principio si me afectaba mucho. Y claro que confío en Dios, solo el puede hacer posible nuestro sueño. Pero él dice: ayúdate que yo te ayudaré, y para eso están los médicos, para hacernos ver lo que no vemos y lo que no sabemos. No nos estamos adelantando a algo que Dios no quiera. Es nuestro sueño y sé que algún día se cumplirá. Aprendí a ignorar a esa gente, porque ellos no saben por lo que estamos pasando, ni lo que se siente. Confío en Dios y en mi médico.
Gracias por permitirme escribir en este espacio, me desahogo un poco, nunca pensé que fuera tan difícil esto de tener hijos hasta ahora que lo vivo, y mi ginecólogo me ha explicado y enseñado tantas cosas y he investigado, leído y visto videos de lo maravilloso que es nuestro cuerpo, de como se va formando la vida desde que es un folículo, de cómo funcionan cada uno de los tratamientos que me manda el médico y como funcionan nuestras hormonas
En esa búsqueda también me he encontrado con tantas mujeres que viven la infertilidad, que viven cada mes dolor, inyecciones, discriminación, burlas o comentarios dolorosos, pero todo nos ha hecho más fuertes y espero que nuestro cuerpo que es una máquina maravillosa llena de vida nos recompense con un pedacito de cielo en nuestros brazos.
Gracias
Iliana
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