Que levante la mano quien haya pensado: envidio a las mujeres que ya no tienen que preocuparse por que llegue su periodo en un momento inoportuno; por ejemplo, un día antes de salir de vacaciones.

Bueno, al menos yo lo he pensado más de una vez. Pero desde que me enteré que existe la menopausia precoz… mmm… decidí no volver a pedir ese deseo.

 

¡Se los prometo, no estoy bromeando! En realidad existe, y al menos el 6% de las mujeres la padecen.

 

Esa cifra no es un número muy alto, pero…¿quién quiere tentar a la suerte y ser la “afortunada” de sacarse la lotería con ese diagnóstico?

 

Primero que nada, es importante que todas las que estamos leyendo esto sepamos cómo descubrir a la menopausia precoz y lo que puede traer a nuestra vida. De esta forma evitaremos el pánico y podremos darle información concreta a nuestros médicos.

 

Normalmente la menopausia llega alrededor de los 51 años, pero en este caso suele aparecer antes de los 40 años. Según mi ginecólogo, el primer aviso de esta situación es la irregularidad en los periodos hasta que los ovarios dejan de producir estrógenos, lo que lleva a que ya no ovulemos y por ende dejemos de ser fértiles.

 

Esto no sólo significa que ya no volveremos a comprar toallas higiénicas o tampones, sino que al ya no estar protegidas por nuestras hormonas estaremos expuestas a  la osteoporosis, problemas cardiovasculares, hipertensión, diabetes, depresión y… las terribles ¡arrugas! Pues nuestros niveles de colágeno también disminuirá.

 

La verdad, conocer esto me empezó a dar mucho miedo. Pues como ya les había comentado en otras entradas, “Andrés” suele atrasarse de vez en cuando. ¿Estaré teniendo los primeros síntomas de la menopausia precoz? Para evitar estar en estrés, me fui a hacer un análisis de sangre, para revisar mi nivel de estrógeno.

 

Afortunadamente, por el momento, todo está bien. Pero me mantengo alerta, ante cualquier cambio en mi cuerpo.

 

¿Ustedes han hablado con sus médicos sobre este tema? ¿Les han dicho algo nuevo? Me encantaría escucharlas.