Hola Ana,

Mi historia, ha estado llena de complicados momentos, primero porque en mi relación anterior viví cosas muy feas, fue un matrimonio de violencia intrafamiliar ¡De verdad que no se lo deseo a nadie! Y además nunca pude embarazarme, me separé y años después decidí darme una nueva oportunidad en el amor.

Me casé de nuevo, tenemos 3 años juntos, cuento con todo el apoyo y amor de mi esposo y por ello decidimos buscar tener un bebé, pero tras varios intentos y tratamientos, aún no hay ¡NADA! y sumado a eso, tener que aguantar comentarios y preguntas que duelen, que nos hacen pasar por momentos incómodos, definitivamente no es fácil.

Después de todos estos intentos, el doctor me sugirió realizarme otro estudio el de «contraste», para revisar que los conductos y trompas no estuvieran tapadas. Me comentó que era algo doloroso, pero aún con todo el miedo del mundo, sabía que era una nueva esperanza. El doctor que me atendió para el estudio batalló mucho para introducir la manguera, mi experiencia fue bastante desagradable porque llegó el momento en que se estresó y comenzó a hablarme de muy mala manera, me decía que ese procedimiento ni dolía, que no dijera que me lastimaba, que él lo hacía con cuidado, pero inevitablemente mis lágrimas rodaban…

Hubo un momento en que realmente me dolió y suspiré, provocando que lo que ya había logrado se viniera abajo, nuevamente tuvo que introducirlo sin dejar de decirme que ya, que no respirara, que yo no cooperaba, terminó diciéndome “¿no que quieres tener un hijo?”

Me sentí realmente humillada. Saliendo me fui al médico a que checara mis resultados y bueno, no tengo noticias esperanzadoras, ambas trompas las tengo tapadas, requiero una cirugía que no garantiza nada. Ayer mismo le dije a mi marido que se fuera, que no debía quedarse a mi lado, pues yo tengo escasas posibilidades de darle un hijo. Él me ha demostrado amor incondicional, pero no puedo evitar sentirme así, triste, frustrada, enojada. Viendo cómo otras personas rechazan o abandonan a sus hijos.

Encontré este espacio y solo puedo decir, gracias por cada una de las palabras y cosas que nos escribes, en verdad necesitaba hablar con alguien sin sentirme juzgada, solo comprendida, en los próximos días contactaré a Gaby de Pronanhi y te mantengo al tanto.

Veronika